lunes, 10 de junio de 2013

Nuevos "descuidos editoriales" en Graffylia (BUAP, México)


“Descuidos editoriales” en “Estrategias metodológicas lingüísticas y culturales para la comprensión lectora de textos narrativos”, de María del Carmen Santibáñez Tijerina. Graffylia: Revista de la Facultad de Filosofía y Letras (BUAP), no. 6, 2006, pp. 164-172 Disponible en http://www.filosofia.buap.mx/Graffylia/6/164.pdf.

En este caso los “descuidos editoriales” consisten, en su mayor parte, en lo que la BUAP (http://www.bdigital.buap.mx/citacion/?action=about) denomina “parafraseo demasiado perfecto”: “El escritor cita adecuadamente una fuente, pero se descuida al no incluir entre comillas el texto que ha copiado palabra-por-palabra. Aunque atribuye a la fuente las ideas básicas, el escritor falsamente realiza la presentación de su trabajo como material original”.  Véase también http://www.flacso.org.ec/docs/plagioacademico.ppt  


Primer “descuido editorial”:
La Dra. dice (p. 165, nota 1):
Las macrorreglas son una reconstrucción de aquella parte de nuestra capacidad lingüística con la que enlazamos significados convirtiéndolos en totalidades significativas más grandes. Es decir: introducimos un orden en lo que a primera vista no es más que una larga y complicada serie de relaciones, como por ejemplo, entre proposiciones de un texto. 
No se nos advierte que ésta es la formulación casi verbatim de van Dijk:
Las Macrorreglas son una reconstrucción de aquella parte de nuestra capacidad lingüística con la que enlazamos significados convirtiéndolos en totalidades significativas más grandes. Es decir, introducimos un orden en lo que a primera vista no es más que una larga y complicada serie de proposiciones.Véase: Teun A. van Dijk: “Conferencia no. 1: Desarrollo y problemática de la gramática del texto”, Estructuras y funciones del discurso, Siglo XXI, 1980. p. 58.  


Segundo “descuido editorial”:
La Dra. escribe (p. 165):
Van Dijk afirmó que después de haber conseguido un cierto conocimiento de causa sobre la manera en que de hecho pueden elaborarse los textos, se podrá predecir la complejidad didáctica de determinado texto, su posibilidad de aprendizaje, las cuestiones más relevantes que podrán y deberán plantearse y la proporción de informaciones textuales que se retendrá y que seguirá siendo asequible durante algún tiempo. 
Esto está tomado de Marta Elena Marino (1999), Leyendo diarios en la escuela. Estrategias para formar lectores competentes, Bahía Blanca, Ediciones Don Bosco, p. 18, referencia que ni siquiera se menciona en la bibliografía (puede encontrarse citada en Jorge Marín (2005): “Periodismo educativo. Perspectiva integradora”, disponible en http://www.ilustrados.com/tema/9015/Periodismo-Educativo-Perspectiva- Integradora.html):

Después de haber conseguido un cierto conocimiento de causa sobre la manera en que de hecho pueden elaborarse los textos, podemos predecir en cierta medida la complejidad didáctica de determinado texto, su posibilidad de aprendizaje, las cuestiones más relevantes que pondrán y deberán plantearse y la proporción de informaciones textuales que se retendrá y que sigue siendo asequible durante algún tiempo.


Tercer “descuido editorial”:La Dra. dice (p. 166):
Y es el mismo teórico [van Dijk] quien ha señalado que para la utilización de las mismas se hace indispensable el desarrollo de habilidades específicas para comprender oraciones, organizar las informaciones de un texto, resumir el texto narrativo adecuada y correctamente y relacionar las estructuras textuales con las funciones pragmáticas y sociales de los textos.
Este texto proviene de unas líneas atrás del texto de Marino que mencionamos antes:
Un alumno (…) también deberá aprender de qué manera están organizadas las informaciones en un texto (…) cómo puede “aprender” esta habilidad lo más eficazmente posible, cómo se resume adecuada y correctamente un texto y cómo se relacionan finalmente las estructuras textuales con las funciones pragmáticas y sociales de los textos.


Cuarto “descuido editorial”:
La Dra. dice (p. 166):
Según Van Dijk, con textos narrativos se hará referencia a las narraciones producidas en la comunicación diaria. Esta narración cotidiana de tipo oral atenderá al contexto de la situación conversacional. En el contexto conversacional, en el que se transmite la misma narración a otros interlocutores, se producirá por lo general una variante de la primera narración, es decir, un texto con la misma macroestructura.

Se nos hace creer que se trata de una glosa cuando en realidad la autora cambia un par de palabras y el resto es la formulación tal cual de van Dijk:
Con “textos narrativos” se hace referencia, en primer lugar, a las narraciones que se producen en la comunicación cotidiana (…).  Esta narración sencilla y “natural” es, si tenemos en cuenta el contexto de la situación conversacional, primariamente oral y única en su tipo (…). En el contexto conversacional, en el que transmitimos “la misma” narración a otros interlocutores, produciremos por lo general una variante de la primera narración, es decir, un texto con la misma macroestructura.
Véase Teun A. van Dijk (1978): La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario, Paidós, segunda reimpresión, 1992, pp. 153s.


Quinto “descuido editorial”:
La Dra. dice (p. 167):
En el caso particular de la comprensión de textos narrativos, habría que considerar que ellos refieren una información sobre tópicos específicos cuya característica esencial es el transcurrir de un tiempo determinado. En tal sentido, los textos narrativos referirán hechos, sucesos, eventos y procesos, que poseen un patrón organizacional que consiste en la presentación de un problema, la acción-reacción para resolverlo y el desenlace final…

Esto viene casi verbatim, nuevamente sólo se cambian algunas palabras, del “Proyecto de Investigación 098/05: ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE ESTRATEGIAS DE COMPRENSIÓN LECTORA”, disponible en http://cursos.cepcastilleja.org/competencias/06materiales/lengua/03_programa_instruccion_comprension_lectora.pdf, p. 28:
Los textos narrativos se caracterizan porque refieren una información sobre algún  tópico cuya característica más importante es que transcurre en un tiempo determinado. En este sentido, los textos narrativos se refieren a hechos, sucesos, eventos, procesos. Los textos narrativos tienen un patrón organizacional que consiste en la presentación de un problema, la acción-reacción por resolverlo y el desenlace final.


Sexto “descuido editorial”: 
En la p. 167 la Dra. dice:
Se considera oportuno señalar que ni la enseñanza ni la aplicación real de macrorreglas garantizan el éxito incondicional en la elaboración de resúmenes como estrategia cognitiva (…)

Eso está tomado de
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/boa/contenidos.php/cb10887d80142488399661377b684b60/511/1/contenido/capitulos/Unidad9ResumendeTextos.PDF, simplemente cambiando algunas palabras:
(…) es bueno dejar bien claro que ni la enseñanza ni la aplicación real de las macrorreglas garantizan un éxito incondicional en la elaboración de resúmenes.


Séptimo “descuido editorial”:
La Dra. dice en la p. 168:
D’Cassany postuló que antes de la producción de un texto se requiere hacer ciertas reflexiones generales sobre la escritura. Según el autor, se debe considerar el tipo de empresa en que se incursiona; tomar conciencia de las dificultades que esperan al escritor y formular objetivos sensatos según la capacidad y el interés de cada cual.

De nuevo se nos hace creer que glosa al autor, en este caso Daniel Cassany, pero es la redacción de éste sólo cambiando algunas palabras (aunque al menos hay originalidad al cambiarle el apellido al autor):
Antes de ponerse el delantal, conviene hacer ciertas reflexiones generales sobre la escritura. Hay que darse cuenta del tipo de empresa en que nos metemos, tomar conciencia de las dificultades que nos esperan y formular objetivos sensatos según la capacidad y el interés de cada cual.
Véase Daniel Cassany (1993): La cocina de la escritura, Anagrama, p. 15.


Octavo “descuido editorial”:
La Dra. dice en la p. 171, de nuevo fingiendo que glosa a ciertas autoras, en este caso a Yolanda Argudín y María Luna:
Dicha metodología propuso que la comprensión del texto narrativo no se agota en la capacidad de los alumnos para reproducir el mensaje en sus propias palabras, sino que implica la construcción de un objeto conceptual y la transformación del lector por medio del texto.
Pero no es así, sólo cambia los tiempos y añade el adjetivo ‘narrativo’ para que encaje perfectamente en el tema de su artículo:
El Método propone que la comprensión del texto no se agota en la capacidad de los alumnos para reproducir el mensaje en sus propias palabras, sino que implica la construcción de un objeto conceptual y la transformación del lector por medio del texto.
Véase Yolanda Argudín y María Luna (2001): Libro del profesor: desarrollo del pensamiento crítico, Plaza y Valdés, p. 27.


Noveno “descuido editorial”:
En la p.172 se nos presenta otra presunta glosa:
Asimismo, se descarta la idea de que la función de los profesores se reduzca a transmitir o actualizar el conocimiento, que fundamentalmente favorezca el aprendizaje memorístico y encamine al estudiante a mantener una actitud pasiva y mecánica.

Pero que, de nuevo, está tomado casi tal cual de las autoras:
La función de los profesores en la actualidad no se reduce a transmitir o actualizar el conocimiento, que fundamentalmente favorece el aprendizaje memorístico y encamina al estudiante a mantener una actitud pasiva y mecánica (…)
Véase Yolanda Argudín y María Luna (2001): Libro del profesor: desarrollo del pensamiento crítico, Plaza y Valdés, p. 31.

Esto está tomado de Marta Elena Marino (1999), Leyendo diarios en la escuela. Estrategias para formar lectores competentes, Bahía Blanca, Ediciones Don Bosco, p. 18, referencia que ni siquiera se menciona en la bibliografía (puede encontrarse citada en Jorge Marín (2005): “Periodismo educativo. Perspectiva integradora”, disponible en http://www.ilustrados.com/tema/9015/Periodismo-Educativo-Perspectiva-Integradora.html):

2 comentarios:

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    1. Estimado Josué, lamentamos que hayas eliminado tu comentario, aunque por fortuna pudimos leerlo. Nunca ha sido nuestra intención desprestigiar a los académicos de la facultad. La crítica va más allá, va contra la supuesta calidad de las publicaciones de diversas revistas de la facultad. Consideramos que los académicos que gozan de un puesto seguro y de cierto prestigio, se sienten lo suficientemente cómodos como para darse el lujo de presentar trabajos de mala calidad, sin poner el más mínimo esfuerzo por crear textos originales. Nos gustaría que esos espacios editoriales estuvieran abiertos hacia otros académicos y se sujetaran al mismo rigor con el que muchas veces se juzgan los trabajos de los alumnos. No tratamos de desprestigiar a la profesora aquí aludida pues tenemos entendido que este tipo de prácticas no es común en ella. No intentamos hacer pasar esto por plagio, pensamos que -de hecho- es plagio y para ello basta con leer lo que la misma universidad considera "plagio": http://www.bdigital.buap.mx/citacion/?action=about Gracias por tu interés.

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