Segundo libro con plagios. En su libro Tecnología y maternidad. Una mirada desde la bioética (FFyL-BUAP, 2011),
la página 9 está tomada desde la línea 4 (“Hay una especie de fascinación…”) y
hasta el principio de la 10 de la mitad del apartado “La gente está inquieta”
del texto de Ray Bohlin “El rediseño de humanos, ¿es inevitable?” (disponible
en
“Hay una especie de fascinación distante, en la que nos
maravillamos ante las posibilidades de curar enfermedades genéticas y aún de
hacer que seamos más inteligentes, hermosos o fuertes. Pero nos retraemos ante
el espanto potencial del mundo que podríamos crear para nosotros sin ninguna
esperanza de volver atrás.
Hemos
enfrentado bifurcaciones similares en el camino antes. Cada nueva tecnología ha
presentado beneficios fantásticos y costos inciertos. La pólvora, la
electricidad, el motor de combustión, la energía atómica, etc., han ofrecido,
todos, seductoras tensiones en forma de disyuntiva. Todavía vivimos con algunas
de estas tensiones, como la amenaza de las armas nucleares y la contaminación
invasora de los motores de combustión.
Pero,
por lo general hemos podido desarrollar una coexistencia estable entre el
potencial para el bien y el potencial para el mal. Las armas se han vuelto más
precisas, minimizando las bajas colaterales innecesarias, el motor de
combustión se ha vuelto más limpio y eficiente, y las armas atómicas han sido
controladas notablemente al día de hoy.
Pero,
¿qué ocurre con la tecnología genética? ¿Es este sólo el próximo paso en el
descubrimiento humano acerca de nosotros, o significa el fin de la humanidad
tal como la conocemos? ¿Podríamos literalmente rediseñar la humanidad al punto
que deje de existir? Hay algunas voces en nuestra cultura hoy que nos dicen que
ciertamente podemos hacerlo, que lo haremos, que es inevitable, y “más vale que
uno se acostumbre a ello”.
Por
otra parte, hay quienes sostienen que nos dirigimos hacia un camino desastroso,
y que tenemos una pequeña oportunidad para controlar los beneficios de las
nuevas tecnología mientras minimizamos y acotamos los peligros.”
A partir de la línea 5 de la
página 14 (“Como vemos, la posibilidad de
rediseñar humanos genéticamente está mucho más cerca…”) hasta la página 16 del texto de
la Dra. Godina (“Debemos tomar en serio esta amenaza…” está tomado de la
sección “Cuál es nuestro siguiente paso” y hasta el final del texto de Bohlin
(con algunas omisiones comprensibles, pues se trata de viajes que la Dra.
Godina nunca realizó y de muestras de simpatía a la Iglesia al final). La nota
1 no es suficiente; “apropiarse de cuestiones” planteadas por alguien no es
usar sus pasajes enteros sin citar y ni siquiera los está tomando del texto que
menciona en la nota.
Del resto de la página 16 (“En
estos tiempos, defender…”) hasta el final de la 17 está tomado íntegramente de
“Los desafíos del cientificismo sin alma” de Leon R. Kass sin acreditar la
fuente: http://www.aceprensa.com/articles/los-desafios-del-cientificismo-sin-alma/
Desde la línea 4 de la página 18
(“Reflexionar en torno al mito constituye…”) hasta la mitad de la 24 (“…
actividad práctica en ese periodo histórico.”), junto con el párrafo completo
de la página 26, está copiado con ligeros cambios de “El mito. ¿Una posible
imagen de la técnica?” (http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/flores_corbelle_maria_milagros/mito.htm) de María de los Milagros Flores
Corbelle.
El párrafo que va del final de la
página 32 (“En el mundo feudal…”) hasta la 33 (“Voglio fare miracoli”) está
recortado sin mencionarlo de “El diablo reemplaza a la metafísica”, de Ernesto
Sabato (véase http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/LYM/homb_engSaba.pdf).
El párrafo de la p. 33 de la Dra.
dice:
“La escolástica jugó un papel
importante para el desarrollo de la ciencia moderna. La burguesía de la época
creía en la idea de la racionalidad de Universo (sin la cual ninguna ciencia es
posible) y hace suyo el tema de la abstracción que caracteriza a la escolástica,
pero los utiliza a su modo, une la abstracción al saber concreto y utilitario,
entrelaza los poderes temporales de la máquina y el capitalismo y, a través del
número, al tema de la belleza y de la proporción.”
Lo anterior también está tomado
de Sabato, de nuevo sin siquiera mencionarlo, esta vez de “Complejidad y drama
del hombre renacentista” (véase http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/LYM/homb_engSaba.pdf):
“(…) la ciencia positiva no pudo
surgir sin la ayuda de la Iglesia, pues mientras su faz técnica y utilitaria
proviene de la burguesía, su lado teórico, la idea de una racionalidad del
Universo (sin la cual ninguna ciencia es
posible), proviene de la escolástica. De este modo, (…) la burguesía (…) hace
suyo el tema de la abstracción, que caracterizaba a la escolástica, pero lo
instrumenta a su modo, uniéndolo al saber concreto y utilitario, entrelazándolo
a los poderes temporales de la máquina y el capitalismo y, a través del número,
al tema de la belleza en la proporción (…)”
En la p. 34 del libro de la Dra.
hay frases como las siguientes:
- “Con el
avance de la técnica nació el dogma del Progreso General e Ilimitado.”
- “En el
siglo XIX el entusiasmo creció con la electricidad y la máquina de vapor, pues
ellas manifestaban aún más el poder del hombre sobre la naturaleza.”
- “El
dogma del Progreso fue la etapa final del largo proceso de secularización
iniciado en Occidente a partir de las Cruzadas.”
Todas esas frases también son de
Sabato y no lo dice, esta vez de “La gran ilusión del progreso”.
¿La Dra. se enmienda conforme
avanza el libro? Los invitamos a que lo averigüen, pero la última sección,
“Estamos aquí: 2010” (comienza en la p. 120), consiste de 13 puntos y cada uno
de ellos tomado de alguna parte del texto “Evolución de la técnica en medicina”
de Marcos Meeroff (http://www.sama.org.ar/evol.htm) al que sólo se menciona en la
nota 58 como autor de la expresión “instrumentos de ensueño” y añade otras
notas como si de verdad ella fuera la autora del texto principal.
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